10.22.2008

..tú, capricho mío.



Le vendo al viento la esperanza de que vuelvas,
y espero paciente a que me la compre
pues con ella a cuestas ya no aguanto
y tu herida abierta me duele tanto.

Estaría más tranquila y sin miedo al frío
si tan sólo aquel astro divino me diera una nube
para guardar las lágrimas que no he derramado
y que desharé al saber que tan poco te tuve.

Un, dos, tres, cuento los días, tejiendo memorias
de mi imprudencia alegre, alimentando esta locura.
Y así naciste ¡oh! capricho de mi querer,
sólo yo sé cuanto me vas a doler.

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