5.16.2008

..amiga..


Te acompaño cuando puedo, te sueño sin querer;
te adoro sin fronteras y más no puedo hacer.
¡Cuántas veces he querido derramarte mis sentires,
estrechándote en mis brazos con otras intenciones
para lograr que distinto mires mis acciones!
Tomó meses ocupar el lugar que tengo,
honor que dulcemente me entregaste,
sin cuenta darte que al momento me marcaste.

Te quiero, te he querido desde hace ya tiempo;
si dudas se lo puedes preguntar al viento.
Sólo él ha escuchado mis plegarias,
testigo consciente de este sentimiento,
y ha secado el llanto de mis arias,
tan tristes, tan rotas: sin reconocimiento.

Llaga dorada, quemadura siniestra...
escucho mi brillante título y lloro por la vida no nuestra.

No entiendo cómo es que me atrevo,
lo pienso, lo dudo, lo intento...

Sonriendo cuando sé que lo necesitas,
te abrazo cuando no me puedo resistir.
Consejos te doy para tus amorosas citas,
tragándome las ganas de hacerte desistir.

¿Cómo puedo convivir con un ser tan hipócrita?
Sólo puedo sincerarme con la palabra escrita.
Ignorando el ardor te llamo mi amigo,
contando que pueda mantenerte conmigo.
Despido al orgullo, pisoteo mi dignidad
y no me importa tan solo migas aceptar
siempre y cuando te vayas a quedar.

Soy a duras apenas un espejo, barbaridad inmolada
en mi cuerpo de mujer que añora tu reflejo.
Lo sabe el mundo, el cielo, Dios y el entresuelo,
todos saben que para mí no hay consuelo
mientras esto siga, mientras yo no consiga
desembarazarme de este engendro llamado amor.

Te quiero, te vengo queriendo desde atrás lunas:
crecientes o llenas, cada tanto menguadas como el corazón,
eternas de cuarto en cuarto, perdidas a desazón
entre dunas de preguntas insípidas e inservibles,
como la razón que te llevaste al parpadear.

No hay comentarios.: