En el corazón de lo que no puedo ver,
seguramente ahi palpitan tus pensamientos
sobre ella.
Ella que era mi amiga,
ella que lo sabía todo.
Ella a quien le entregaste
una inocencia sucia.
Ella, que se atrevió a confesarme lo que compartieron cuando
creyó que las cenizas se habían apagado.
Ella la que se fue.
Y mi constancia se queda y mis intentos
son obvios. Tres años sin vernos, una pensaría que te da gusto
el reencuentro... pero las primeras palabras que libera tu boca
son: "¿Dónde está ella?"
Qué ganas me dan de irme también.
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