4.22.2007

..Sólo para tí..(fragmento)

Porque son las tres de la mañana y no dejo de escuchar aquella canción que gracias a tí conocí, que gracias a ella amanecí...que por ella y por tí sigo llorando sin querer hacerlo, y lo hago de corrido sin formato real de sonido. Serán gemidos invisibles, llanto ignorado que decanto de mis ojos, lágrimas que no puedo cesar.
Y sin más quiero culparte de todo lo que me ha pasado en estos útlimos meses, todas mis tristezas e incluso la más reciente enfermedad que me salió muy cara porque ya ni tenía para medicinas y me tocó comprar. Sin verte por más de quince días fue abrumante la cantidad sórdida de espera que tuve que aguantar, y los pensamientos trágicos que por mi mente cruzaban y los celos estúpidos al tiempo que podía estar contigo mientras que yo no.
Que gracia, que risa, ¡cómo me reí!... de todos los sueños en los que apareciste recordándome que no existías para mí en esencia ni presencia y que todo lo que vivía era parte de la ilusión de la distancia.
Ah, el dolor que en mi seno se plantó, la angustia que feliz fermentó de mis noches intranquilas, porque en tí pensaba sin descanzo y añoraba tu mirada perdida y la voz envejecida de quien ha vivido más de lo que sus años le debieron permitir. Recordaba al niño que a veces eres en tan madura fachada de hombría, un pequeño ya crecido deprisa, y esa sonrisa que tan rara vez es genuina. No brillas por inocente sino por la picardía de tus ojos de café dulce y malvado, así confuso en realidad. No te quise porque fueras increíble a los demás...
Entre tantos papeles revueltos de mi vida, un desastre en cada esquina, siempre un pedazo roto más; apareciste sin pensarlo, sin quererlo, sin nombrarlo...y así el quererte pronto fue un sin querer de más. De suficientes escritos que la vida me ha inspirado no llevas más que una quinta parte, con letras de amargo chocolate, insuficientes como para ser mis obras de arte.
Pero dentro de un todo te digo que te quiero porque es cierto y lo siento, lamento mucho ser sincera contigo. Has de comprender, de alguna forma que ignoro, que mi mente frágil no aguantaba más éste silencio, la amistad de pocos argumentos...la desdicha disfrazada de mi corazón. No es cuestión de que lo intentes, sino de que aceptes sin escudarte en el sentimiento ajeno del vecino al que tampoco conoces.
¡Todo me olvida a tí! Todo, total e imparcial... Y me ahogo en el pesado océano de aire porque te veo pasar, porque te creo ignorar mis ansias de quererte -alcanzar- en aquél tu mundo sólo para tí. Por favor, dame una oportunidad. Y si no...
...tan sólo dime la verdad.

No hay comentarios.: