2.06.2013

ánimo para tí, yo.

Te duele su silencio, su distancia. Te duele ser tan estúpida y hacerte ilusiones así de fácil. O sólo ser fácil. No tener respeto por ti misma. Ofrecerte al primer hombre atractivo, a ese que cumple con todas tus pautas, con tu lista de requerimientos. No sabes que hacer porque lo crees perfecto. Ni pudiste decir no, porque no quisiste. En tu mente febril abundan las historias de que todo se obtiene al momento. No tienes paciencia. No tienes magia. No eres misteriosa, eres sólo una estúpida ilusionada con un hombre guapo que te habló bonito. Y es la segunda vez. Al primero le tuviste dudas, pero le diste todo, y mira lo que te pasó. Así quedaste, desubicada, sola, despreciada, humillada. Traumatizada.

Tan perfecto, según tú. Es lo que siempre has querido. Supéralo, ¿quieres?
Él no te quiere, no te necesita, no te extraña, no te llama, ni te escribe, ni te piensa. Y no te engaña.
La que se engaña eres tú. Sólo tú. Porque eres una imbécil y estás sola y creíste que podías haber sido feliz para siempre con él a tu lado. Le diste el título de "el destinado", lo que siempre has buscado. Pero él no te buscaba a ti.

A final de cuentas, está bien que sólo te haya usado. No me vas a decir que no habías pensado dejar tus sueños y anhelos por quedarte con él. Sabes que es cierto. Lo hubieses dejado todo. Habrías vuelto a lo mismo. Pero, ¿y tú? ¿En dónde quedarías?

¿Quién serías?

Conócete. Termina de entenderte. Encuéntrate.
Ya basta de estupideces. Ámate. Respétate.

Vendrá otro que te sepa querer, que al igual que él te admire por lo que dices y haces, por lo auténtica que eres, por los sueños que alcanzaste, ¡por lo mucho que te esforzaste! Pero sólo hazlo por ti, ¿entiendes?
Tus logros por ti y para ti. Porque tú puedes sola, aunque escribas esto con ganas de llorar.

Ánimo, ¡eres hermosa! Deja de ver hacia atrás y levanta la frente. Camina. Respira.
Y entonces sí, ¡a volar!

No hay comentarios.: